martes, 25 de septiembre de 2012

Metáfora: de Política y Religión

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En el último par de décadas, el retroceso de la iglesia católica en todos los ámbitos sociales se ha hecho más que evidente. Ya son minoría las personas que se casan por la iglesia, son minoría los bebés que se bautizan y, ni que decir tiene, que no hay más que pasarse por delante de una parroquia un domingo cualquiera para ver la edad de las personas que entran o salen de los servicios religiosos. Podríamos decir que la ciudadanía ha sufrido una desafección con la institución que la ha hecho alejarse del camino y, por tanto, de dios, al menos, de la manera en que la iglesia católica lo entiende. Con los partidos políticos pasa un poco lo mismo. Vamos a jugar a las metáforas, para entender la analogía:
  • La Política es dios.
  • Los partidos políticos, organizaciones decimonónicas y antañonas y anquilosadas en tiempos y estructuras del pasado, son los fieles guardianes de las esencias de dios (la política, en esta metáfora), los únicos que pueden interpretar sus designios, los únicos que están legitimados para entrar en el juego.
  • Los representantes políticos, nuestros diputados, senadores, cargos electos varios, son el clero. Los hay buenos, claro, los hay justos y los hay que entregan su vida por ello. Pero también los hay pederastas, maltratadores y corruptos que, con sus mensajes y su forma de actuar, han alejado a la ciudadanía (feligreses) de la vida política.
  • Por último, tenemos a la ciudadanía (feligreses), unos pocos siguen encontrándose cada domingo en los primeros bancos de las iglesias y escuchan las homilías con cierto desdén, los más, pasan olímpicamente del circo y algunos pocos intentan organizarse en grupos (podríamos hacer analogías con la Teología de la liberación, por ejemplo) para tratar de cambiar algo el sistema.
Sinceramente pienso que o la curia y la iglesia cambian, o llegará un momento en el que tendrán tan poco peso que su influencia será residual.
Del mismo modo, si los partidos y los representantes siguen este camino, pronto no habrá vuelta atrás. Será un fallo sistémico y nada volverá a ser lo mismo. Repensar las actuaciones, los hechos, es fundamental para aprender de los errores. ¿Dormirán tranquilos los que ven como año tras año caen en las estadísticas de matrimonios o de matriculaciones en la asignatura de religión? Yo creo que no. Quizá no sea en esta generación cuando lo veamos, pero no falta mucho para que veamos caer cosas: torres más altas han caído. ¿Duermen tranquilos los que han consentido este desprestigio de la Política? ¿Se dan cuenta de lo que han provocado? Es fácil echarle la culpa a los feligreses, al capitalismo, al demonio, al vicio que impera en esta sociedad... pero un poquito de autocrítica nunca viene mal.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Euskadi, con valor


Aurelio Romero Serrano. Vitoria-Gasteiz (aurelior_cr@yahoo.com)



Es una auténtica crisis, no derivada de la económica, sino política. No es preciso magnificar las imágenes ni los números que vimos el 11 de septiembre, en la conocida Diada de Catalunya, para saber que en Catalunya ha cogido brío, un nuevo brío, diferente de aquel tarradellismo, el movimiento de una parte de la sociedad catalana a favor de la mayor expresión de su sentimiento de independencia o, si se pudiera decir, de la identidad explícita en cuanto a derechos y competencias; eso que suelen llamar encaje constitucional. No parece que estemos en el mismo escenario de hace unos años con los recortes (maldita palabra), estatutarios entonces, aunque los de ahora son igualmente ideológicos, pese a que las partes, todas, argumenten razones económicas. La dificultad nos hace más viejos que nuestra propia edad, pero nos deja ver el fondo a través de la hojarasca.

Es una nueva forma que se suma a otras ya conocidas de apelar al valor de lo propio y al valor de dirigirlo. Se ha situado en el centro de la plaza esa reivindicación, no desde la esquina temerosa apoyada en altavoces ruidosos. Y la desaparición de la violencia en Euskadi, contada aún en días, ha descorrido el velo de una de las grandes falacias que esa misma violencia ocultaba: todo es posible, hasta pedir la independencia con la palabra. Por eso, manipulaciones aparte, el eco de la Diada ha resonado en Euskadi también con mayor magnitud que en ocasiones anteriores, más en un solo día que en años de gobierno tripartido en la Generalitat o que las proclamas de ……… .

Hace unos meses, en aquel histórico Pleno del Parlamento vasco en que se aprobaba la creación de la Comisión para la Convivencia, el lehendakari López afirmaba que el “el fin de la violencia modula el futuro de país”. Tan así es, aunque sus palabras entrañaban un fin de legislatura indeseado, que hoy, convocadas nuevas elecciones en Euskadi y Galicia, y a punto de serlo en Catalunya, por primera vez las tres nacionalidades históricas usan la misma herramienta: la política. No podía esperar Rajoy peor escenario ni los españoles y ciudadanos vascos más ilusionante reto.

A partir de aquí, ni Galicia ni Catalunya necesitan una mano mayor de españolismo. Cada una tiene la que los ciudadanos quisieron incluir en la urna. Euskadi se planta ante un lienzo en el que la palabra “valor” también determinará su futuro y necesitará una mano de gobierno social y firme como el de los últimos meses de gobierno socialista. Esa soledad envenenada que se aventuró ha permitido trazar la línea por donde caminar y, por fin, trazar una marca en el suelo por donde discurren las preocupaciones reales de los ciudadanos, que luego cada cual sueña con el dios que quiere.

En este periodo nuevo, casi constituyente para Euskadi en lo político aunque no en lo institucional, “Valor” es constituir un gobierno capaz de poner la política en el espacio que le corresponde en defensa de los intereses ciudadanos y generales, y que sean los graves intereses ciudadanos los que atraviesen de un lado la actualidad y no las doctrinas de campanario. Valor para ser capaces de ajustar la cintura al cinturón y no dejarse partir por la mitad por el látigo de la ideología que la derecha esconde.

Tal vez fuese una ingenuidad pensar que, tras los resultados electorales de mayo pasado, el PNV fuese a buscar el arrinconamiento del socialismo vasco. Pero la legislatura se cierra con el valor de haber puesto en el centro del hemiciclo la necesidad de un entendimiento fiscal entre los territorios, lo que nos habla más de competencias y menos de ideologías.

Lo que los ciudadanos reclaman hoy tiene nombres diferentes, pero, más que nunca, exigen un líder para un programa, un programa para un país, un país con viejos y nuevos valores desde la convivencia. Un solo país, Euskadi, con los máximos derechos en cualquier rincón de sus territorios. Esto si sería una nueva Euskadi, con valor para afianzar este nuevo tiempo, crear un espacio de acogida democrática, impulsar el desarrollo económico y el bienestar herido, potenciar y cohesionar una nueva malla social solidaria, financiada y eficaz, entrelazar la sociedad en un nuevo parámetro, el de la paz, fortalecer las instituciones y organismos representativos sociales que definen e identifican a Euskadi en el conjunto del Estado, continuar siendo un país de referencia de desarrollo, bienestar e historia.

Cabría añadir, con diferentes lecturas para hoy y con mayor energía para mañana, que “la libertad es un valor supremo que cobija todos los demás y los relanza; la diferencia aceptada conduce a una mejor convivencia que nos enriquece”. También fueron palabras suyas, del lehendakari López, aquel jueves “Día 0”.

martes, 18 de septiembre de 2012

Por un PSOE útil

Hoy hacemos aquí un hueco para un documento impulsado por un grupo de militantes del PSOE (en Twitter @ReiniciandoSOE):

Por un PSOE útil (al servicio de una nueva mayoría de progreso). Contribución abierta al debate del modelo de oposición del PSOE
El problema del liderazgo.
El pasado mes de febrero, renovamos la dirección de nuestro partido, eligiendo así un nuevo liderazgo que fuese la voz de toda la militancia y la sociedad progresista en estos duros momentos que nos ha tocado vivir. Entendemos el liderazgo como una participación abierta y directa entre el Secretario General y la militancia, entre el socialismo y la ciudadanía. Pensamos que nuestro Secretario General debe ser la figura que defienda los intereses de la izquierda social, de los obreros. En una sociedad tan segmentada como esta, convendría tratar de representar la defensa de una mayoría de progreso.

Entendemos el liderazgo como una figura horizontal y participativa. Creemos firmemente que un líder debe ser respaldado por una gran parte de la militancia de base, por ello propondremos en la próxima Conferencia de Organización que el próximo/a Secretario/a General salga elegido/a mediante el mecanismo de un militante, un voto. Así aseguraremos un liderazgo fuerte, cohesionado y respaldado por los propios afiliados y afiliadas. No olvidemos que el liderazgo ha de ser social y a un político el liderazgo se lo reconoce y otorga la ciudadanía, la sociedad, por su carisma, coherencia personal, su capacidad de reconocer errores y por el proyecto político que encarna.

El PSOE está sumido en una profunda depresión política, de la que debemos y podemos salir. Consideramos que hay que abrir el partido a la participación activa de la sociedad, construir una comunicación directa con la ciudadanía, en la calle y en las redes sociales; hacer del PSOE un instrumento útil para España.

El 20N y sus consecuencias.
En las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre, los ciudadanos nos dieron definitivamente la espalda, como ya nos anunciaran en mayo de ese mismo año. Más de cuatro millones de personas no renovaron su confianza en el PSOE y nos dijeron alto y claro, Así no, con vosotros, no. La mayor parte de estos electores emigraron a fuerzas políticas de izquierdas o lo que es peor, a la abstención. Desde la Segunda Guerra Mundial, en Europa, los partidos políticos que han logrado ganar unas elecciones generales, son los que cuentan con el apoyo de un electorado de centro, como le pasó, a modo de ejemplo, a Felipe González con el voto de UCD. No obstante, la captación del voto de centro tiene mucho más que ver con la percepción por parte de los votantes de un proyecto solvente e ilusionante en la izquierda que con el abandono de nuestras posiciones ideológicas, que provoca una fuerte pérdida de votantes por la izquierda sin llegar a atraer tampoco a los votantes moderados, como bien hemos podido constatar estos meses.

Se ha producido a lo largo de los años, una acomodación de los Partidos Socialistas europeos al sistema, con pérdida de su identidad y de su capacidad de transformación de la sociedad.

Como consecuencia de la crisis económica provocada por un sistema financiero especulativo y desregulado por los Estados, la ciudadanía se encuentra sumida en el desconcierto, atenazada por el miedo. Cada mañana al levantarnos no sabemos qué nos habrá recortado o quitado este gobierno conservador de Mariano Rajoy. Pensamos que el PSOE tiene que ser el referente para esa gente, que es la nuestra, los trabajadores y las trabajadoras, los más desfavorecidos, los que más nos necesitan. Tenemos que ser la voz firme que diga no al Partido Popular en su empeño de seguir humillando al conjunto de la ciudadanía española.

El 20N conocimos la mayor derrota del PSOE en su historia reciente, en gran medida por culpa de la crisis que ha arrasado con todos los gobiernos europeos que estaban plantándole cara. Pero no sólo por la crisis. El PSOE cometió errores, perdió su esencia y con ella su credibilidad, se alejó de la ciudadanía e hizo una política económica lejana a sus principios. Debemos dar respuesta a la crisis desde la oposición con ideas propias, debemos responder con una alternativa propia, concreta y creíble, que contemple un reparto equitativo de los sacrificios, construida con la participación de la ciudadanía, los agentes y movientes sociales y con recetas socialdemócratas a esta crisis voraz, no sólo ofreciendo colaboración al gobierno que nos arrodilla, debemos volver a ser alternativa.

Los recortes del Partido Popular
En febrero, el PP perpetró el mayor atentado de nuestra historia democrática, contra la sociedad española en general y los trabajadores y trabajadoras en particular, aprobando una Reforma Laboral que no solo abarataba el despido, sino que lo hacía gratuito durante el primer año y solo era el principio de un año negro para los derechos sociales en España

El pasado julio España sufrió nuevos recortes en aras a controlar el gasto público. Unos recortes que dejan al proyecto de nación que nos dimos todos en su mínima expresión; si entendemos nación como bienestar social, sanidad y educación pública y gratuita e igualdad de oportunidades. El Partido Popular ha dirigido a la nación española a la debacle. Suben el IVA, reducen el número de empleados públicos, eliminan la paga extra de Navidad, aplican el copago farmaceútico…

La derecha ha acabado con el principio de universalidad de la Sanidad Pública española que era la envidia de Europa generando en nuestro país ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda a los que se les niega el pan y la sal.

Pensamos que el PSOE debe dar voz a toda la gente que sufre, y debe dar voz siendo contundente con el Partido Popular, intransigente con la humillación y solidario con los trabajadores y trabajadoras. Debemos tener una voz fuerte en el Congreso de los Diputados, con un modelo de combate a la crisis diferente a la derecha, una voz que diga al Partido Popular basta.

El modelo de oposición.
La última encuesta de intención de voto del pasado julio, arroja que el PSOE apenas ha mejorado respecto al resultado electoral del 20N quedándose en un 29.9%, lo que supone que recibe solo 1,3 puntos de los 8 perdidos por el PP. En cambio otras fuerzas políticas minoritarias sufren subidas espectaculares: Izquierda Unida casi ha triplicado su intención de voto en un año y supera el 8,6%. Se puede colegir que la ciudadanía no al PSOE como una alternativa a la crisis, y que contemplan otras fuerzas de izquierda como refugio.

Debemos abrir un profundo debate en el seno del partido del que salga un nuevo proyecto político que cuente la verdad y busque la complicidad de la ciudadanía y a partir de él desarrollar un modelo participativo de hacer oposición y vinculado a la defensa de un proyecto concreto. Creemos que el PSOE no podrá aguantar mucho más con la actual estrategia y por ello reclamamos un cambio de rumbo.

Proponemos una oposición frontal a la política de recortes del Partido Popular, leal a España y a los españoles. Una oposición dialogante pero firme y de izquierdas, una oposición activa que proponga fórmulas para salir de la crisis pero dura ante los recortes de la derecha.

No creemos en los pactos con una derecha que humilla a los españoles sin contar con el Parlamento, símbolo de la soberanía nacional. Consideramos que pactar con el actual Partido Popular en materia de recortes, sólo beneficia a la derecha y perjudica a España.

Creemos que lo útil es hacer oposición, útil para España y no para los intereses del Partido Popular. El PP no va a parar en su intento de reducir los derechos sociales, de los trabajadores y trabajadoras, y las conquistas democráticas; y ante eso consideramos que la oposición útil es la oposición firme, decidida, enérgica y exigente para con España

Un nuevo modelo de partido, un nuevo modelo de oposición.
Confiamos en que la Conferencia de Organización prevista para este otoño se lleve a cabo, y esperamos también que en ella la militancia, parte fundamental de la misma, decida abrir los procedimientos del partido a su conjunto y hacernos funcionar de un modo más democrático y transparente, con primarias abiertas, sistema de incompatibilidades, limitación de mandatos y lucha contra la corrupción, para así hacer surgir un liderazgo compartido con la propia militancia.

El horizonte político para el PSOE no se presenta muy halagüeño, con una ciudadanía que nos da cada vez más la espalda y una estrategia de oposición, a nuestro juicio, equivocada, consideramos que el PSOE debe acometer profundos cambios.

Proponemos una Conferencia Política para marcar la estrategia de oposición entre todos los y las militantes, para disponer de un proyecto alternativo a la derecha que conecte con los intereses de la mayoría social de progreso, una hoja de ruta más nítida, segura y sobretodo consensuada.

La militancia es la base de nuestro partido. Los y las militantes debemos ser los que marquemos las líneas rojas por las que nuestro partido no se debe extralimitar en su forma de hacer oposición.

Confiamos en que la actual dirección del PSOE varíe su estrategia en la oposición. Y esperamos ese cambio para devolver la esperanza a una sociedad que siente miedo por su futuro. Porque se lo merecen los españoles en general y muy especialmente los trabajadores y trabajadoras de este país. Y, sobre todo, nos los merecemos los y las militantes. La situación actual y venidera es inaguantable para la izquierda, y particularmente para el PSOE.

Un debate abierto, una nueva forma de liderazgo.
Esta carta abierta es sólo el punto de partida para un debate también abierto. Un debate rico y diverso entre la militancia del PSOE. Un debate del que esperamos que surja un nuevo modelo de hacer oposición y un nuevo modelo de organizarse que actualice los procesos internos del partido, profundizando en participación, transparencia y apertura hacia la ciudadanía. La izquierda no debe tener miedo a la discrepancia, ni a ser exigente y dura con una derecha que nos humilla.

Este debate abierto en lo interno debe tener el objetivo de abrirnos a lo externo, buscar un liderazgo compartido. Un liderazgo que no solo sea orgánico, sino social.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Esto con Franco no pasaba

Txarlie García. Las Arenas (txarliegarcia@amalababa.es)


Termina el periodo estival. Es hora de reflexionar sobre lo ocurrido.

"Verano. Incendios. España en llamas". Así empezaban los informativos. Y los malos son los pirómanos... y los agricultores que queman rastrojos. Y los que pusieron el tendido eléctrico sobre un secarral. Y los que sufrieron una avería en el coche y saltó un chispazo. Y los fumadores (a los que les van a buscar hasta por el ADN). 

Y como hay incendios la derecha pide más mano dura contra los que causen incendios. ¡Como si esa fuera la solución para que no se quemara el país! 

Es tan bizarro pensar que por encarcelar a alguien desaparecerán los incendios como pensar que por la misma razón se van a apagar una vez empezados. 

Pero para estos supergestores de la derecha que nos gobiernan la culpa jamás será de ellos. La culpa es siempre de otros. ¿Que hay incendios? Pues la solución es la cárcel. Da igual que esos mismos supergestores hayan despedido previamente a cientos de técnicos anti incendios

Y esto no sólo pasa con los incendios:
En definitiva que cualquier problema siempre es problema de otro. Y es ahí donde yerran: intentan atajar el efecto, no la causa. 

Para evitar que haya fuegos hay que limpiar los montes. Para evitar evasión de impuestos hay que impedir mecanismos de evasión. Para evitar mendigos hay que poner mecanismos de oportunidades sociales. Para que no se rebusque en la basura hay que dar de comer. Para que no haya prostitutas en las calles hay que limpiar de mafias el sector y para que no haya parados hay que generar trabajo. 

Pero no lo entienden. Es la mentalidad de padre estricto: palos, palos y más palos.

jueves, 13 de septiembre de 2012

La regeneración y el reencuentro con la política

Odón Elorza. Donostia (odon.elorza@congreso.es )
La politica camina a la deriva y sin crédito democrático, cuando tendría que imponer sus leyes a una economía injusta y especulativa. Porque necesitamos con urgencia y más que nunca el instrumento de la política para afrontar la salida de la crisis, tanto como la ayuda de la troikacomunitaria. Pero no cualquier política sino aquella que ayude a la regeneración de la democracia y a recuperar los valores de la honestidad, el sentido de la justicia y la transparencia.

Una política que, a un paso de la intervención, cuente la verdad y busque acuerdos imprescindibles entre diferentes en momentos críticos, así como la corresponsabilidad de todas las partes para afrontar la crisis y sentar las bases de la reforma de nuestro agotado modelo productivo con el objetivo de lograr un crecimiento sostenible que permita crear empleo de calidad y defender la cohesión social. Es la vieja lucha por la igualdad, ahora en el marco de una crisis incontrolada que está siendo pagada por la ciudadanía de a pie, mientras los patriotas de siempre sacan fuera su dinero o defraudan a Hacienda. Algún día conoceremos la lista.

Pero el desprecio y la desconfianza en los políticos han llegado al límite y el reencuentro de la ciudadanía con la política lo tiene que provocar el PSOE, especialmente. No por pura supervivencia sino desde las convicciones que aún sentimos muchos socialistas. El último Congreso en Sevilla hubiera sido el momento idóneo para marcar un antes y un después del 20-N, tratando de “pasar la página” con una lectura autocrítica del último Gobierno socialista. No se hizo la catarsis y la ciudadanía indignada así como sectores de votantes del PSOE, entre confusos y defraudados, nos siguen viendo como sucesores del Gobierno anterior. “Unos y otros hacen casi lo mismo, luego son lo mismo”, dicen en las redes y en la calle.

No es fácil cortar con el reciente pasado. Porque no se ha producido un cambio de caras y porque resulta difícil que la ciudadanía se identifique con un discurso que intenta combinar la responsabilidad que la situación exige y el ejercicio de oposición ante los recortes salvajes del PP. Arrastramos la herencia de haber gobernado en el momento de la explosión de la crisis sin haber acometido las reformas estructurales necesarias, ni previsto las consecuencias de una burbuja inmobiliaria que a tantos venía bien o saneado un sistema bancario lleno de trampas. No fuimos capaces de adaptarlos a los retos de un mundo globalizado y competitivo, con naciones emergentes que nos inundan de sus productos.

La socialdemocracia europea pensó ingenuamente que podía seguir gobernando instalada en un sistema neoliberal que garantizaba para siempre el bienestar de una sociedad cada día más compleja, conflictiva y contradictoria en intereses. Falso. No se dio cuenta de su desgaste por la acomodación al sistema y por tolerar unos mercados desregulados, sin cara, domicilio o bandera, que solo buscan especular y beneficios inmediatos.

Es evidente que el Partido Socialista necesita una reforma profunda para refundar las instituciones y combatir mejor un sistema neoliberal que ha contaminado la política con la corrupción. Unos poderes económicos que aprovechando la crisis está secuestrando la democracia ante la impotencia de los gobiernos y sembrando la incertidumbre y el miedo entre millones de hombres y mujeres. De todo ello hay quienes tratan de sacar provecho jugando a una peligrosa deslegitimación de la política, con el mensaje de que todos los políticos somos corruptos

¿Pero cómo hacer que esta pavorosa crisis se convierta en una oportunidad para el reencuentro con la política? Esa es la pregunta obligada. Y en una situación de emergencia el PSOE ha de reaccionar, como parte de la izquierda, haciendo su catarsis interna para despertar la esperanza de la gente, respondiendo a su legítima indignación con otra forma de hacer política.

No me refiero a trasladar la lucha a las barricadas ni apoyar un discurso populista. Hablo de la necesidad de buscar soluciones incorporando a la politica grandes dosis de regeneración moral y transparencia democrática. Así como innovación y generosidad intelectual para empoderar a la ciudadanía tras el objetivo de salir de la crisis con un rumbo compartido y desde el reparto equitativo de los sacrificios.

El futuro no pasa por exaltados nacionalismos sino por la apuesta, junto a otras fuerzas socialistas y de progreso, en favor de la construcción de un nuevo proyecto social, económico y financiero dentro de una gobernanza europea. Pero España necesita, además, un pacto cívico de las fuerzas políticas con muy diferentes agentes sociales, un nuevo "contrato social" de corresponsabilidad en plena crisis en defensa de una democracia de calidad y un crecimiento sostenible y solidario. ¿Si no es ahora, cuando?

Esta podría ser la columna vertebral de un relato del PSOE en su intento por recuperar la credibilidad de una ciudadanía cabreada que pide cauces democráticos de participación. Hacerlo y hacerlo bien es imprescindible para remediar la prepotencia de la derecha, favorecer el compromiso y la negociación para sumar voluntades que eviten el hundimiento del país y encauzar la agresividad de sectores que parecen dispuestos a tomar la Bastilla con la única arma de las redes sociales.

Para hacer creíble ese relato resulta imprescindible favorecer los procesos para depurar responsabilidades en los casos de gestiones fraudulentas en Bankia y Cajas, y en todo tipo de operaciones de corrupción. Superar viejos esquemas de funcionamiento y comportamientos del Partido que lo aíslan de la ciudadanía, dificultan la democracia interna e impiden la creatividad. Motivar a la militancia, sin exclusión de quienes piensen diferente dentro del PSOE. Y abandonar el partidismo a la hora de designar a los responsables de las instituciones del Estado y de los organismos públicos que han de velar por la democracia y actuar en su gestión con independencia y respeto al pluralismo social.

El Partido Socialista no puede dejar pasar la oportunidad. Por eso urge una conferencia abierta para levantar la bandera regeneracionista y transformadora y remediar los vacíos del pasado congreso. Liderar una gran causa sabiendo que se trata de un empeño difícil y que la apuesta provocará desconfianzas, dentro y fuera, es una exigencia del tiempo que nos toca vivir. Y sin embargo, el PSOE tiene la responsabilidad histórica de hacerlo. Se acabó pensar en alternancias, se ha parado el péndulo de poder.


(Artículo publicado en El País el pasado 4 de agosto)

martes, 11 de septiembre de 2012

El futuro de la política

Óscar Rodríguez Vaz. Vitoria-Gasteiz (http://oscarrodriguezvaz.blogspot.com)


El título de este nuevo post no es nada original, se lo debemos al profesor Vallespín, pues así se llama una de sus obras que podríamos considerar ya un clásico de este siglo.

Y la primera reflexión que he querido compartir con vosotros, en forma de Power Point, es sobre el futuro de la política y del Parlamento (paradojas de la vida!!!!). Es una exposición que tuve ocasión de hacer hace una semana en los curso de verano de la UPV.

La fórmula es sencilla: Autocrítica y Debate + Transparencia + Participación = Mejor Democracia. Espero que os motive!

El Parlamento del futuro