miércoles, 29 de mayo de 2013

Información justa y subjetiva

Txarlie García. Las Arenas. @txarliegarcia

Decía en un reportaje el gran Gran Wyoming que a la hora de informar de lo que se trata es de decir la verdad, pero que se puede ser justo y subjetivo.

Soy de los que reniego de ese tufillo de buenrollismo y de la falsa objetividad. No podemos esperar que en los medios de comunicación (ni en mi blog) nos cuenten los hechos sin matices. Nada es blanco o negro, hay mil escalas de grises. Por eso cuando los ciudadanos, para informarnos, delegamos en los medios la tarea de filtrar, desmenuzar y analizar una noticia, cometemos un error grave.

Por ejemplo: determinar si un partido político dice o hace lo correcto ha pasado a depender del medio a través del que se lea. Los ciudadanos en general hemos dejado esa responsabilidad al medio de comunicación y por eso dependemos de que informe con veracidad. Pero los medios dimitieron de hacer esa función hace mucho tiempo.
Ahora prima vender, vender y vender. Todo consiste en vender titulares. Y para eso, si hace falta sacar de contexto, se saca. Si hace falta tirar de prensa rosa, se tira. Si hace falta casquería, se busca. Lo llaman "infoentretenimiento", pero tiene la pega de que nos "infoxica": no nos aporta información, pero permite mantenernos atentos para vender más publicidad.

Además, los titulares ya no duran 24 horas, duran horas, minutos. Los blogs, las redes sociales y el mismo Google son fuentes de información casi instantánea con la que tienen que competir los medios de comunicación tradicionales para atraer al consumidor. Y a esto le tenemos que sumar la falta de recursos en las redacciones: por una lado hay menos periodistas y por otro, los quedan tienen menos tiempo para contrastar noticias. ¿Qué calidad se puede esperar en una situación así? Desde luego, una calidad menor.

Por si fuera poco, además, tenemos que meter en la ecuación los propios intereses de cada medio. A las pruebas me remito: no hay más que abrir un periódico y ver como titula su apoyo o su rechazo a las decisiones de unos y otros partidos (de esto ya hablé en otro post). A veces uno no sabe si está leyendo una editorial o una noticia...

Para rematar al enfermo, tenemos que tener en cuenta que las personas apenas disponemos de tiempo para estar sentados leyendo y contrastando. "La vida de ahora no os deja estar quietos", que diría mi abuela...
Por eso me revuelvo cuando oigo la queja habitual de que los políticos no se ponen de acuerdo en algo. Si queremos, podemos decir, por quitarnos los remordimientos, que la culpa es de los políticos. O hasta de los medios. O de ambos. En realidad podemos decirlo sin esfuerzo, porque esto ocurre ya que es algo innato del cerebro, que tiene un mecanismo de defensa que nos impide entender lo que no queremos entender (también hablé de esto antes).

Ya que ni los partidos ni los medios son neutrales, el ciudadano tampoco puede ser neutral. Es responsabilidad de uno mismo filtrar, contrastar y analizar, de saber de dónde viene la información, porqué viene y cómo viene. Lo otro, el buenrollismo de la falsa objetividad es un suicidio social.

domingo, 26 de mayo de 2013

Jarrones chinos

Julio Herrero. Vitoria-Gasteiz. @HerreroJulio
Hasta ahora estaba claro para que servían los ex presidentes de gobierno: “eran como los jarrones chinos, muy caros, que nadie sabe dónde poner”, en palabras del Ex González. Desde esta semana ya sabemos que, además, sirven para desestabilizar un gobierno y atacar las políticas del actual Presidente aprovechando el tirón de un medio de comunicación. ¡Siempre se ha dicho que para qué los enemigos, si tienes compañeros de partido! Y Rajoy debe de llevar una semana meditándolo. Cierto es que si grave fue el ataque, por alevoso y mordaz, patéticas resultaban las explicaciones de los “compañeros” de viaje intentando escabullirse de la contienda o situarse del lado del posible ganador. Aparentemente es Rajoy el que mantiene las riendas, pero esta salida de tono del hoy flamante consejero del bufete de abogados más influyente del planeta (según los medios de comunicación), no se puede tomar como una simple travesura, o respuesta vengativa a las noticias de los regalos recibidos en la boda de su hija, provenientes de actores de la trama Gürtel, aparecidas en un periódico y corroboradas en los sumarios. Es adelanto de futuras pretensiones de poder, y entre ellas la vuelta al Gobierno del Estado. ¿Qué quiere Aznar? Endurecer, si cabe, las políticas “austericidas” actuales. La prepotencia y desprecio, con las que hablaba de lo que se está haciendo, lo ponían de manifiesto. Y cuando sus palabras, y el revuelo consiguiente, no se han apagado, su alter ego, el ministro Soria de sorprendente parecido con el ex, presiona al Consejo de Seguridad Nuclear, para que emita el informe favorable a la continuidad de Garoña, hasta conseguirlo. Algunos han querido ver prevaricación en todo ello, y no les falta razón, pero las grandes empresas energéticas son el lobby de presión más importante en el Estado. No es casual que la salida multimillonaria de muchos políticos está en ocupar puestos en los consejos de administración de estas empresas. Aznar, Roca, Acebes, Solbes o González son ejemplos de ello y alguna vez tendrán que dar cuenta de los intereses que defienden, aparte de su nómina, en dichos consejos. Y que no nos cuenten lo del bien social, ¡valientes jarrones!


Artículo publicado en Diario Noticias (26.05.13)

viernes, 24 de mayo de 2013

Los idus de mayo o la suficiencia del PSOE como partido

Aurelio Romero. Vitoria-Gasteiz. @romeronomada

Conforme pasan los días, surgen permanentemente cuestiones que nos llevarían a la reflexión también constante sobre el presente y el futuro del socialismo español, alejados ya todos del eco triunfal del pasado, porque el más reciente tampoco fue glorioso. No son los medios de comunicación quienes están marcando esa agenda de la vicisitud del PSOE, sino el entorno generado por su acción e inacción y, con más ruido aún, su propia entraña organizativa, que no ha parado desde hace meses de dar pie a su presencia en los medios.

Más que de meses, se podría hablar desde aquel mes de mayo en que Zapatero descubrió que la socialdemocracia era ajena a los escenarios financieros, que diseñaban nuevas estrategias políticas al margen de los partidos mayoritarios e incluso los gobernantes. Fue en ese mes, como unos nuevos idus de mayo, cuando también todos comprobamos que el tiempo de las ideologías sobre el bienestar social habían caído hasta la postguerra, porque se había roto unilateralmente aquel pacto implícito europeo de permitir generar una sociedad sobre la que los partidos pudieran gobernar desde principios democráticos, siempre flexibles, tanto como la realidad fuese haciendo conveniente.

Estábamos lejos de comprobar aquel mayo de hace tres años que la caída de la red política que nos sostenía iba a suponer también el final de otras dos cuestiones no menos importantes: la credibilidad de quienes ejercían el poder y, por ende, el valor de la propia democracia como régimen. Es sintomático que, en plena crisis –si es que alguna vez fue una sola-, la sociedad española reclame unos nuevos Pactos de la Moncloa, que supusieron la puesta de largo formal del nuevo periodo post-dictadura y avalaron la figura de Adolfo Suárez como cabeza de ese salto a la democracia, y la de Felipe González como cabeza visible de una oposición más perfilada que la de ahora mismo. Sintomático porque, como aventuraba en una ocasión la “dura” ex ministra de Fomento, Magdalena Álvarez de forma gráfica, “la gente recibe el salchichón entero y luego no se acuerda” y las décadas de gobierno e incidencia social socialista parecen haber sido borrados con el último “trienio Zapatero” y en ese viaje ha ido al suelo la credibilidad de las instituciones que sostuvieron la “marca” del país como percepción exterior y como vivencia interna. Peor aún, en todo caso, es la sustitución de esas señas por la incredulidad sobre la propia democracia, que es el riesgo mayor que nos acecha.

Los 15 de mayo pasarán a nuestra pequeña historia como el día en que una parte de la sociedad que no recuerda aquellos avatares hacia la democracia y otra que apostaba por una vía más rápida llamada ruptura democrática con el régimen, acamparon en la Puerta del Sol y otras plazas españolas para marcar un “hasta aquí” a la contrarreforma del Partido Popular, que ha conseguido levantar tiendas de propios y extraños. Con todo, la fecha es menos importante que la actitud de la sociedad, que se ha mantenido en todo este año mientras la gran mayoría de la “democracia instalada” sigue preguntándose si son galgos o podencos.

Al PSOE el 15 de mayo le ha pasado por la puerta y no para hacerle perder las elecciones, porque no todo el voto perdido estaba encerrado en una plaza, sino en casa y sin votar, sino para hacerle ver que el templo y el tiempo de la transición había pasado cuando el propio socialismo gobernante rindió las armas en Bruselas, pese a las explicaciones en Nueva York y Londres de la “primera ministra de Economía de derechas” como se ha dado en llamar a Elena Salgado. Sigue advirtiéndole que aún no hay respuestas suficientes frente a la estrategia popular aunque su mayoría absoluta electoral se vea más que resquebrajada socialmente.

La urgencia de un Congreso como el de los socialistas en Sevilla, hace ya un año y un mes, intentó cerrar un tiempo de excepcionalidad pero solo tapó la fuga de agua de la dirección y pidió tiempo para ir diseñando el nuevo modelo político y, sobre todo, de país que debía aportar como principal partido de la oposición. El eco ruidoso de sus congresos posteriores ha intentado acallarse con la llamada al bien común del partido y, en bien de ese fin pero sin buscar mayores complicidades, se ha cortazo de raíz debate y personas, sin saber ver que ese eco del vacío interno sobre el futuro y la defensa a ultranza de la arquitectura presente solo ha generado más miradas hacia las campadas del 15 M, no por la terquedad de quienes alzaron la voz para pedir un nuevo modelo de partido, sino por la enquistada obsesión de vivir una realidad insuficiente.

Compuertas contra el agua hacia dentro o hacia fuera, mientras comienza abrirse paso desde el fondo de la sociedad el germen de un modelo inconcreto, inconexo, peligroso como abono de quienes nunca comulgaron con ese sistema, el “menos malo” pero cada vez con mayores cicatrices.

Periódicamente, las encuestas –que fuera del periodo electoral tienen principalmente el valor de la llamada de atención- vienen advirtiendo de la caída a la baja de los partidos mayoritarios, y el ascenso de fuerzas hasta ahora más minoritarias. No es significativo ese incremento del favor hacia IU o la nueva derecha que representa UPyD cuando el destino del magro del voto es desconocido y cabe pensar que no todo es abstención sino desorientación. Ese distanciamiento entre la sociedad y la política del Gobierno del PP, que no aplica la que anunciaba, sino lo que cada tres meses se le indica que desarrolle desde fuera de nuestras instituciones democráticas, y esa falta de encuentro del principal partido de la oposición y anterior gobernante consigo mismo y con la sociedad, demuestran que el significado de ruptura que tienen los idus en su origen es cada vez más manifiesto en nuestro país.

Se viene reclamando al PSOE una estrategia diferente que remarque su posición frente al Gobierno de Rajoy. Incluso se han producido cambios en su organización por cuestiones más de estilo político que de calado en la actual coyuntura. La impresión general, no obstante, es que amén de las personas, lo que faltan, como decía gráficamente el sociólogo Ignacio Urquizu, son “personas con ideas” que sustituyan a la actual dirección, absorbida por la cautela organizativa, situada en una acera de la plaza política y hacia la que la sociedad ha dejado de mirar en busca de respuestas. La Conferencia Política anunciada en el Congreso de Sevilla y postergada casi un año está teniendo como respuesta la pregunta, esa que se pretendía evitar, sobre la capacidad real del socialismo español para estructurar un partido y una respuesta adecuadas.

Solo llega el eco de las apetencias internas cara al futuro, que pretenden ignorarse o descalificar con la objeción mayor de que no es la hora. Y, efectivamente, no es la hora de los nombres propios, como se insiste en decir, sino la de convocar a las personas y poner fin a esta excepcionalidad que, por irreal, sobrevive en un escenario voluntario que puede quebrar cualquier mes, aunque no sea en este del 15 M.

Artículo publicado en Diario Noticias (15.05.13)

domingo, 19 de mayo de 2013

La estrategia caníbal de la austeridad

Txarlie García. Las Arenas. @txarliegarcia


 Extremadura, Galicia, Aragón y Madrid , gobernadas por el PP y Euskadi, gobernada por el PNV, dicen que no están por la labor de "premiar" a las comunidades que no han cumplido con el objetivo de déficit. 

Aunque el concepto parezca de sentido común (premiar al que lo hace bien), en realidad lo que quieren remarcar es que las otras comunidades que no han podido o que no han sabido frenar el déficit  tienen que joderse y apechugar. Es la ley del más fuerte, la del rico que se hace más rico, el principio fundamental del capitalismo. Pero en el fondo, lo que se deduce de estas declaraciones es que cada comunidad autónoma va por su lado al grito de ¡tonto el último!

Lo peor es que además de entablar una competición destructiva entre ciudadanos (que somos los que realmente sufrimos los recortes como consecuencia del déficit), damos por admisible este austericidio merkeliano. 

Sin embargo, lo curioso que estas comunidades que intentan rapiñar unas décimas de déficit más que su vecino, lo hacen para poder gastar más, para poder endeudarse un poquito más y pagar los servicios públicos que han estado recortando. Esta relajación del déficit, que es buena para los ciudadanos, es en realidad un contrasentido para esta derechona que abomina del endeudamiento y nos dice que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, la que nos dice que nos tenemos que duchar con agua fría, comer yogures caducados y que es una demagogia que pague más impuestos quien más gana. 

La posición antiausteridad sería digna de aplaudir, si no fuera por la competición caníbal en las que nos quieren meter con muy poco acierto. 

viernes, 17 de mayo de 2013

Año II después de Elorza

Denis Itxaso. Donostia. @DenisItxaso

Este próximo 22 de mayo de cumplirán dos años desde que Bildu ganó las elecciones municipales en San Sebastián. Un par de semanas más tarde vendría la elección del Alcalde Izagirre porque, además de ser el más votado, el PNV no quiso entrar a acuerdos que prolongaran la alcaldía socialista. Pero hoy, que atravesamos el ecuador de la Legislatura, ya se vislumbra que este periodo arrojará una mediocre cuenta de resultados.

Yendo de lo general a lo particular, comenzaría por reflexionar sobre la pérdida de influencia de una ciudad que había trabajado, en las dos últimas décadas, por ocupar un lugar en eso que llamamos mercado de las ciudades intermedias, que compiten entre sí a nivel europeo por atraer talento, por generar valor añadido en sectores económicos sostenibles y emergentes, por elevar la calidad de vida, y por enriquecerse culturalmente. Donostia había logrado dejar atrás un cierto aire nostálgico y, con muchas lagunas aún y no pocas contradicciones, afrontar una serie de retos que quizás por tamaño no le habría tocado emprender. Retos de carácter urbanístico para dar respuesta a un lacerante problema de acceso a la vivienda y la exorbitante carestía del suelo; retos de carácter cultural como el de contribuir a una ciudadanía crítica y activa en la defensa de los Derechos Humanos y la convivencia; retos de cariz económico fortaleciendo estratégicamente la vocación innovadora en cuatro de las áreas del conocimiento con mayor futuro como son la biotecnología, las TICs, las nanotecnologías y las neurociencias, así como impulsando la personalidad turística y de servicios de la ciudad.

También se habían encarado retos de carácter intangible como lo son las múltiples redes internacionales que tejió San Sebastián con el objeto de situar a la ciudad en el concierto de ciudades con tres o cuatro señuelos de prestigio como la Cultura, la sostenibilidad urbana, la gastronomía y la educación en valores. Y es que nada de todo esto se pudo llevar a cabo si no hubiese existido una estrategia bien planificada y una inquebrantable voluntad política de sus ciudadanos, colectivos e instituciones. En este contexto, he de reivindicar la labor del Alcalde Elorza y de sus distintos gobiernos municipales, en los que el PSE-EE contó con muy diversos socios, desde el PP hasta Aralar y Alternatiba, pasando por EA y PNV.

La perspectiva que otorga la distancia y el contraste con estos dos años de Legislatura de la izquierda abertzale en el poder, bastan para comprobar que toda aquella energía está huérfana de empuje institucional, y que son emprendedores y activistas de todo pelo los que se afanan en medio de una exasperante soledad en mantener el rumbo como pueden. La mayor crisis económica y social que se recuerda en décadas azota con fuerza, y es cuando más se requiere capacidad de escucha y de reacción por parte de quienes tienen la encomienda de liderar, de inspirar, de guiar o al menos de apuntar la dirección correcta a seguir. Y las políticas reales de estímulo económico y protección social apenas han experimentado novedad alguna. Hay, huelga decirlo, mucha tarea que hacer.

Que la estación de autobuses aún sea motivo de debate e incertidumbre; que de Tabakalera sólo conozcamos el hormigón con el que se está rehabilitando y poco o nada sobre su programa cultural; que la conversión del viejo Topo en Metro de Donostialdea regrese al baúl de los recuerdos; que inversiones como la Pasarela de Monpás y el Hotel de Hydra sean despreciados; que la gestión integral de los residuos urbanos se convierta en un agujero negro; que el proyecto de capitalidad apenas tenga visibilidad social y las dinámicas de participación se hayan reducido a la mínima expresión… todo ello es sólo un síntoma de la parálisis en que está sumido el Gobierno Municipal.

Una ciudad nunca se termina, es un proceso. Proceso vital para quienes lo habitan y procesos de incontables sumas de valor en términos colectivos. Pero el letargo en el que nos hallamos, el abrumador silencio estratégico, la recurrente mirada introspectiva y la permanente autoafirmación identitaria nos alejan del cosmopolitismo que un día perseguimos, quizás de forma pretenciosa, pero saludable en todo caso. El afán ruralizante reduce nuestras inquietudes culturales frente a una visión abierta de lo propio y de lo ajeno, que primó en esta ciudad en los últimos años.

Resulta doloroso reconocerlo, pero, a la vista de la situación política, la ciudad tendrá que padecer este lamentable estado de cosas aún dos años más, lo que puede hacer sentir a mucha gente que, en efecto, en la política actual prevalecen demasiados intereses partidistas sobre la defensa común de modelos compartidos que han demostrado su eficacia en el desarrollo de la ciudad. De modo que cabe apelar al esfuerzo de todos para que el daño no se torne irreparable, y para que, ojalá, esta etapa se recuerde en el futuro como un oscuro paréntesis del que extrajimos alguna que otra lección.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Desencuentros

Julio Herrero Romero. Vitoria-Gasteiz. @HerreroJulio

No todas las semanas desimputan a una infanta, cierto es, pero si además el consorte (hasta ahora “consuerte”) se queda en el paro, porque no lo quieren ni los de Qatar, convendrán que ya pocas cosas nos quedan por ver en esta Casa Real que nos ha tocado en suerte. Qué distinta la Reina Madre del Reino Unido, tan estirada ella, que a sus ochenta y pico años está pensando en aligerar su agenda y dejarle al decrépito Príncipe de Gales que presida alguna cosa para que se entretenga.

Ahora, el Presidente Rajoy se ha vuelto crítico con la política de recortes de la Sra. Merkel, ¡ay de aquellas sonrisas cómplices con la primera dama teutona!, e intenta conseguir algo más de tiempo para alcanzar los objetivos incumplibles del déficit público, lo que entiende le dará réditos políticos. Falta le hacen a tenor de lo expresado por los ciudadanos en las encuestas.

El Presidente del PSOE, Sr. Griñan, entiende que hay otra forma de hacer las cosas, pero se queda desarmado cuando escucha el rechazo de Europa hacia sus políticas más agresivas respecto a los bancos y las viviendas, sin entender que los que rescatamos a los bancos, no podamos utilizar con fines sociales, los bienes desahuciados. Es fácil de entender: la política que impone la Unión Europea no es para los ciudadanos, sino para los banqueros; fundamentalmente para los alemanes que prestaron “graciosamente” el dinero a sus colegas del sur para que estos pudiesen especular, y ahora reclaman lo que les corresponde. Y eso lo tenemos que pagar todos, tirando por la borda lo conseguido en materias sociales en los últimos cincuenta años.

El ministro Wert, qué pasará a la historia por sus genialidades, presenta su Ley de Educación y se la retiran, por “problemas técnicos” y desajustes económicos, con los que nos queda la duda si es que no le daban suficiente a los centros concertados en detrimento de la escuela pública. ¡Todo puede ser! Lo mismo le pasó al Diputado General Garitano cuando en la intimidad contó lo obtenido en su acuerdo con Urkullu y no le salían las cuentas. Y es que en vez de acuerdo fue un reparto del parco botín obtenido en la fingida “gran cumbre” anunciada por el Lehendakari. ¡Qué no conseguirá este hombre con su don de gentes!


(Artículo publicado en DNA 12.05.13)


domingo, 12 de mayo de 2013

De qué filosofan nuestros jóvenes, hasta el momento



Vicente Carrión Arregui. Vitoria-Gasteiz


Llevo veinticinco años impartiendo clases de Filosofía en Institutos de Bachillerato y antes de que la anunciada LOMCE me obligue a cambiar de oficio quisiera hacerles un breve resumen de las cuestiones que, tanto en 1º como en 2º, hemos venido tratando desde los tiempos del COU. Está en cuestión si la reflexión filosófica es una cuestión o baladí que merece perder su troncalidad en el sistema, como propone la ley en ciernes, o si merece la pena defenderla.

Para quienes solo valoren los contenidos académicos desde su potencial utilidad laboral, recordaré que la Filosofía de 1º de Bachillerato viene a ser una introducción a las Ciencias Humanas: Psicología, Sociología, Derecho, Economía, Políticas, Antropología, Periodismo, Bellas Artes, Lingüística, etc. Función propedeútica que no se limita a ellas porque fomenta la curiosidad interdisciplinar y crítica, tan necesaria para situar al alumno ante los retos de todos los ámbitos del aprendizaje. Y más allá de su utilidad, sobre todo la Historia de la Filosofía en 2º, presenta al individuo del siglo XXI como un constructo cultural alumbrado por el estoicismo, el cristianismo, la Ilustración y tantas otras contingencias. Desde la polis griega hasta la ONU, pasando por la escolástica, la nueva ciencia, el contrato social y las filosofías de la sospecha.

Un viaje que empieza buscando el lugar de la Filosofía respecto a la Ciencia, la Literatura y la Religión y, dentro de ella, delimitando los campos más teóricos –metafísica, epistemología, Lógica y Teoría de la Ciencia- de los más prácticos: Estética, Ética y Política. Para discutir con los chavales qué cuestiones atribuimos a la Naturaleza y cuáles a la Cultura –esa escurridiza pelea entre el nace o se hace-, ya sea en lo referido a lo individual, psicológico, o a lo social. Ya sobre el peso de la familia, la tribu o el lenguaje, esa neotenia que nos arroja a la vida indefensos y necesitados de cariño, pautas y modelos, ya sobre el Estado y su monopolio de la violencia, las ideologías contractuales y totalitarias, etnocéntricas o multiculturales que nos sumergen en el debate de la sociabilidad, desde la caverna a la democracia y los Derechos Humanos.

Las clases de Filosofía contribuyen a asentar una visión de la historia no tan cimentada en los acontecimientos políticos como en las mentalidades, los descubrimientos y en la manera en que los humanos se han ido viendo a sí mismos. Pinceladas de historia de la Ciencia para comprender cómo la búsqueda del conocimiento hermana a filósofos y científicos argumentando sobre métodos, procedimientos y herramientas lógicas necesarias para acercarnos a esa noción de verdad cara, esquiva y fugaz pero a la que no podemos renunciar, sea con actitudes más escépticas, dogmáticas o relativistas. Diferentes caminos que nos ayudan a entender cuán cuestionable es la noción de objetividad y cómo si uno se inclina más por argumentos materialistas o idealistas puede cambiar completamente el enfoque científico del análisis psicológico y social.

Política pues, de nuevo, para dedicar un rato a todas esas cuestiones que se supone que se entienden aunque muy pocos explican: izquierda, derecha, fascismos, socialismos, liberalismos y tantos otros ismos con los que se organiza la convivencia, sean referidos a lo económico, a lo útil, a lo emocional o a lo simbólico, atendiendo también tanto a la dimensión espiritual y trascendente como a la capacidad creativa y estética que nos conmueve en pos de la belleza y del amor.

Pero para fundamentar ese Estado de Bienestar cuyos crujidos tanto daño nos hacen últimamente, necesitamos una inmersión en la Ética. No como una “maría” más ni como adoctrinamiento catequista, no. Derechos, deberes, valores, normas, leyes, felicidad, placer, excelencia, sentimientos….todo ese abanico histórico, conceptual y ejemplar de opciones de lo posible para que cada chaval, pueda ir calibrando el alcance que sus decisiones actuales y futuras tienen sobre sí mismo, sobre los demás y sobre el entorno. Justificaciones, responsabilidades, consecuencias y proyectos para el mundo de los seres “condenados” a ser libres, sí, pero vulnerables y necesitados de todos esos “miramientos” (“Ética de Urgencia”, Savater, pag.20) que tanto necesitamos aprender a dar y a recibir.

¿Les parece difícil? ¿Se les hace aburrido? ¿Inútil, quizás? Ciertamente, depende mucho de la metodología didáctica el que estos temas resulten apasionantes o soporíferos. Los métodos más convencionales (resúmenes, apuntes, esquemas), los más participativos (exposiciones orales, debates) o los más innovadores (audiovisuales, Internet) siempre están al servicio de la ilusión personal que los docentes transmitan a la asignatura. Para sortear los escollos lingüísticos–esa alerta de los informes PISA sobre los déficits de comprensión lectora- hace falta compaginar los esfuerzos terminológicos y conceptuales con el reclamo que la actualidad política y social ofrece a los jóvenes, siempre curiosos por definición. Si los conceptos teóricos de la clase les ayudan a comprender un poco mejor el drama de los desahucios, el derecho de veto de la ONU en Siria, el futuro de las pensiones, la violencia doméstica o el acoso escolar, su actitud será de aprecio y respeto hacia una asignatura que les sitúa un poco mejor ante este desquiciado mundo.




(Artículo publicado en Diario Vasco 05.05.13)



jueves, 9 de mayo de 2013

Acuerdos

 Julio Herrero Romero. Vitoria-Gasteiz. @HerreroJulio

Ya estamos todos de acuerdo: la situación, que hace una semana no podía estar peor, lo está. Y también todos coinciden en que, en el futuro: lo estará más si cabe. Y con este panorama, ¿qué hacemos? Porqué hemos oído de todo, los diagnósticos cada vez más claros, hasta el Presidente Rajoy dice que sólo con recortar no es suficiente, pero inmisericorde no deja la tijera. El BEI nos proporciona el dinero al 0,5 %, perdón, se lo da a los bancos y estos lo escatiman hasta la saciedad y cuando conceden un crédito lo hacen al 9 o 10%. Dicen que tiene que ser así ya que los plazos en que tenemos que devolverlos son más largos que los que ellos disponen para ello, y...no se fían. 

Lo entiendo, en esta época nadie se fía de nadie y los ciudadanos menos. No nos fiamos de los políticos ni de la política, ni de cobrar el día de mañana la pensión, ni de tener trabajo la semana que viene, ni de que nos paguen nuestras deudas,el afortunado que las tenga, ni de que podamos pagar a nuestros deudores, como antes rezaba el padrenuestro. Ya nadie se fía de nadie ni de nada, y en una sociedad así vivir se hace cada día más complicado, para una parte de la población. 

Luego hay otra parte, que como la espuma flota sobre el resto, que sigue acudiendo a tiendas de lujo, que adquiere coches de los ahora llamados de alta gama y que tienen precios que ni podemos imaginar, hoteles de siete estrellas y pensiones cuando se jubilan de 88 millones de euros (cifra que no sabríamos escribir en pesetas de la cantidad de ceros que tiene) Y la pregunta que nos hacemos es: ¿que sienten cuando salen a la calle? ¿Ven la televisión, oyen la radio? Son sordos y ciegos funcionales, seguro, de otra forma no se entiende su existencia y pasividad. 

Bill Gates, una de las personas más ricas del mundo, gasta millones de dólares en un fundación para investigar un preservativo que resulte agradable en el tercer mundo y así conseguir que su uso haga disminuir la incidencia del sida en la población. Quizás se ha dado cuenta que aumentando la masa trabajadora insolvente aumenta la competitividad, disminuyen los salarios y suben los beneficios, que es la estrategia de la difunta Margaret y ahora de la troica comunitaria. ¡Por algo son ricos!


(Artículo publicado en Diario Noticias de Álava 05.05.13)

miércoles, 8 de mayo de 2013

Infanta "que no habla"

La denominación latina INFANS, de la que proceden derivados como infantil o Infanta, significa literalmente “el que no habla”. Según "Invitación a la lingüística", publicación coordinada por M.Victoria Escandell, "la posesión del lenguaje divide a los seres en dos grupos separados". Y así es, por lo que se ve, porque mientras algunos (los buenos políticos, los justos, la ciudadanía en general,...) tienen que dar explicaciones hasta por las cuestiones que escapan a su responsabilidad, otros (los malos políticos, los pecadores, la Infanta,...) al parecer no deben darlas ni por las cosas que suceden dentro de los muros de su propia casa. Efectivamente, no tendría sentido que "el que no habla" fuera imputado, imputada en este caso...

Y esto de no dar explicaciones, de no dar cuenta a la ciudadanía, no es una buena cosa, porque contribuye a engordar el sentimiento ciudadano de desafección hacia el sistema. Es verdad que esta desafección se debe, en gran medida, a la situación de crisis y desempleo galopante que vivimos. Pero no se puede permanecer en silencio cuando las principales instituciones del Estado están siendo percibidas como un problema para la ciudadanía cuando, serie a serie, los estudios del CIS indican que los símbolos de la estabilidad y perdurabilidad del sistema ideado y acordado en la Transición (partidos, autonomías, monarquía,...), inspiran más desconfianza que nunca.

Pero volviendo a las posesiones que dividen a los seres humanos en dos grupos separados, al parecer acabamos de descubrir otra: la de tener la capacidad de que la Fiscalía y la Abogacía del Estado pidan le defiendan a uno cuando es imputado por un juez. Inaudito.

Efectivamente, soy de los que cree que hay que hacer pedagogía, transmitir y pedir la confianza de la ciudadanía hacia las instituciones, hacia la Justicia en este caso. Y creo también en gran medida en el sistema judicial a nivel general. Pero cuando las líneas que separan al Legislativo, al Ejecutivo y al Judicial son tan difusas como en algunos de los casos que venimos observando en los últimos meses, crecen la desconfianza y la desafección. Como cuando no se habla.